A cada familia se le asigna un preceptor encargado de coordinar la educación de su hijo para su mejora continua en casa y en el colegio.
La asignación del preceptor se hace analizando las necesidades de cada alumno, generando un ambiente de confianza y empatía.
Mediante un sistema de entrevistas personales, único en México, el preceptor orienta al alumno y a los padres de familia; manteniendo con éstos 3 sesiones al año, con el objetivo de darles una retroalimentación sobre el desempeño académico y personal de su hijo.